Segundas partes no tienen porqué ser malas

En el momento que escribí que nunca más haría un F1 me dí cuenta que me tendría que comer mis palabras, porque nunca se debe decir nunca. Y efectivamente he vuelto a hacerlo. Iba esta vez acompañado de un pastel de Spiderman, porque a Daniel su mami le va a celebrar dos cumples.
Del pobre Spiderman sólo diremos que he aprendido mucho de él...
La otra vez no había fotos del montaje así que como esta vez tenía más tiempo ahí van.

Sí, he hecho trampa, no todo el bizcocho es casero!

Como hacer las ruedas del bizcocho fue un desastre esta vez he usado bizcocho ya hecho que es más firme y desmiga menos. Y en consecuencia ha quedado mucho más limpio y las ruedas conservan mejor la forma.

Ya os dije que el nuevo fondant me estaba dando muchos problemas. Pues bien, compré fondant ya teñido de rojo de la marca anterior, pero de poco mer sirvió porque con el calor fue como intentar trabajar con mantequilla. Así que una vez que conseguí estirarla después de tenerla un buen rato en la nevera, la levanto y se rompe, y ya no podía volver a amasarla la había puesto sobre el pastel.
Qué hacer? Pues levantarla con cuidado e ir poniendolo de manera que se pudiera cubrir con otros trozos  (gracias por la idea Ma!).
Hay pocas intantáneas porque el fotógrafo tenía tendencia a sacarlas borrosas (hay algun a realmente graciosa). Pero para que os hagáis una idea de como estaba la cosa:

Manos a la obra!

Me hace mucha gracia esta foto, tengo la misma expresión que esas estatuas estilo la pasión de Cristo jajaja

E voilà!

A partir de ahí  y con menos problemas que la última vez terminé el Ferrari. Iba a decir que fue enseguida pero eso sería mentir jajaja

Listo para partir!

Además de la satisfacción que da ver tu obra terminada, lo mejor es la cara de la persona a la que va destinada, aunque en este caso creo que le ha hecho más gracia a su mamá que a Daniel.